Es cierto, el amor mueve el mundo.

26 de julio de 2009

Si algo puede salir mal, saldrá peor


¿Cómo explicar la sensación que tengo?
Que me siento en un callejón sin salida, que me siento estúpida, que he perdido y sigo perdiendo el tiempo, que mi futuro se hunde cada vez más y más, que no sé si estoy haciendo lo correcto...
Y podría seguir diciendo más.

¿Cuál es el balance llegados a este punto? ¿Qué es lo que debo hacer? ¿Cuál es la solución?
Muchas preguntas.

Quiero desaparecer, literalmente. Creo que no sería una mala idea después de todo. Odio el victimismo, asi es que, no voy a decir que le quitaría un peso y una preocupación de enmedio a más de una persona, aunque siento que es así.
Estoy decepcionada conmigo misma, con las cosas que me rodean, nada sale como espero. Nunca había sido una perdedora, y ahora soy la reina del mundo de los perdedores.

Pero, ¿qué es lo que me ha llevado aquí?, ¿cabezonería?, ¿imprudencia?, ¿irresponsabilidad?. No lo sé. Siempre he opinado que cada uno tiene lo que se merece...¿me merezco esto? No se trata de pensar en 'ohh que mala he debido de ser que Dios me ha castigado', es cuestión de si he dado todo lo que podía, de si la culpable soy yo y no las circunstancias.

Muchas cosas me asaltan la mente, sobretodo el 'qué pasará'. Es lo que más me preocupa al fin y al cabo. Me da igual perder más tiempo, ser una perdedora, tener que irme a otra parte, discutir, tener que trabajar, volver a discutir.
Quiero un sitio, encauzar el camino, tomar las riendas, tener la sartén por el mango o como quieras expresarlo.
Y sí, haré todo lo que esté en mi mano, pelearé hasta que no pueda más, lloraré todo lo que tenga que llorar, discutiré y sufriré hasta que todo llegue a buen puerto.

Pero ahora mismo no tengo fuerzas...

15 de mayo de 2009

Arrepentirse de lo que se hace o de lo que no se hace.


Típico dilema.

Para empezar es una especie de pescadilla que se muerde la cola, o como a mí me
gusta decir, un maldito círculo vicioso (sí, con la palabra maldito delante).
Todos los días tenemos que tomar decisiones sobre muchas cosas, desde tonterías como qué marca de leche escoger, hasta cosas más serias (y ahí que cada uno se ponga mentalmente el ejemplo).
Y lo que conlleva tomar decisiones es el arrepentimiento de haber decidido A y no B. Pero tampoco podemos dejar de tomar decisiones, porque entonces, estaríamos parados, y la vida sigue su curso siempre, así es que ¡¡¡¡nunca dejaremos de arrepentirnos por unas o por otras!!!!

Pero volvamos a las dos posibilidades; en primer lugar arrepentirse de lo que se hace. A mí me gusta porque por lo menos te has quitado el ‘gusanillo’ de decir: ¿qué pasará si hago esto? Por otra parte, como de los errores se aprende (o eso dicen), podríamos decir que es educativo (es broma).
Y en segundo lugar, arrepentirnos de lo que no hacemos. Yo diría que esto es peor que lo anterior. En parte porque normalmente tendemos a idealizar un poco las cosas, y posiblemente a imaginarnos que son más de lo que realmente son. No sé si me explico bien.
Por ejemplo, un concierto al que decidimos no ir porque era en otra ciudad y pensamos que quizá más tarde el grupo vendría a nuestra ciudad, pero finalmente al día siguiente en el periódico no solo dicen que ha sido uno de los mejores conciertos en la historia de la banda, sino que además han anunciado que ya no volverán a tocar en nuestro país, NUNCA MÁS.
Bueno obviamente esto es ponernos en un extremo, y pintarlo todo de la forma más negra posible.
Entonces nuestra mente empieza a imaginarse el SUPER CONCIERTO: El cantante dándolo todo, saltando al público, lanzando las baquetas o incluso una guitarra al público, el sonido de miles y miles de vatios poniéndote los pelos de punta, tú saltando entre la multitud, suena tu canción favorita (lloras, obviamente), gritas, y sales del recinto sudando como nunca y más cansado que un perro de tanto saltar, pero con esa estúpida sonrisa en la cara, y diciendo: ¡Oh dios mio, esto es lo mejor de mi vida!
La realidad, aunque el concierto habría sido una pasada, es que, posiblemente, te habrían empujado y pisado mil veces, habrías tenido que pasarte X horas de cola, el sonido no habría sido tan bueno después de todo, y el cantante parecería que vivía en otro mundo (es lo que tiene abusar de las drogas).

Bromas aparte, he tenido experiencias de ambas cosas. Pero sinceramente, si tengo que decir la verdad, (esto va a sonar muy paradójico) estoy bastante ORGULLOSA de poder arrepentirme de algunas cosas que hice. Como aquel amigo al que besé, aquel secreto que oculte tanto tiempo y que tanto daño hizo cuando se supo, aquella noche loca de alcohol y baile…Todas esas cosas que me hicieron derramar lágrimas, tener que aguantar charlas, sentir verdadera vergüenza, perder relaciones, etc, etc, son las cosas que me han hecho ser la persona que soy, madurar, asentar las ideas, descubrir verdaderas amistades, y sobre el tema al que viene toda esta historia: darme cuenta de que realmente no es que nos arrepintamos de lo que hacemos, sino de las repercusiones (malas) de nuestros actos.
Al fin y al cabo, tomar decisiones forma parte de la vida y, hagas lo que hagas, nunca hay vuelta atrás.

12 de mayo de 2009

Los primeros 30 minutos


30 minutos. Es el máximo tiempo que prometo robarte en cada entrada.
De esta idea surge el nombre de este blog, que he de reconocer que no ha sido mia, me han ayudado.

La intención es tratar de hacer algo que siempre me ha gustado, que es escribir sobre lo que sea. No es que sepa hacerlo bien, todo lo contrario, pero bueno, la intención es buena.

Obviamente voy a hacerlo lo mejor que pueda o sepa, y seguramente aproveche para hablar de cosas sin especial importancia pero que pasan por mi cabeza. Si quieres leer sobre política, economía bursátil o algo similar, ESTE NO ES TU BLOG.
Esto no significa que lo que vaya a escribir no tenga sentido y que vaya a ser una pérdida de tiempo, no me gusta hacer a la gente perder el tiempo, pero la intención es que sean cosas muy ligeras de leer.

Y creo que por hoy, ya no te robaré más minutos. Espero que esto siga adelante bastante tiempo, y que guste minimamente.